DE ESTO NI SE HABLA
Mucho se habla sobre la pérdida de virginidad femenina, mientras que poco, muy poco o casi nada, se habla sobre la pérdida de virginidad masculina, como si este fuera un hecho no trascendental, no lleno de curiosidad, de expectativa, como que si todo lo que vaya a pasar sea bonito, indudablemente que no está acompañado de ese sentimiento de pesar, culpa y pecado que se encuentra arraigado en las mujeres, ese temor al dolor, a que me pasará, que impide que se lo disfrute desde un principio porque es algo aún lleno de misterio, algo que tal vez no se converse bien entre la mamá y las hijas y peor aún entre papá y sus hijas.
DE DONDE SURGE LA MOTIVACION PARA ESCRIBIR
El tema surge hoy al conversar con Marco Raúl V., ex compañero de la promoción XVI del Colegio Javier de Guayaquil
-Oye José, sabes que a mí me ocurrió algo similar.
Ahí no dimos cuenta de que en ese tiempo, los padres de uno creían que para hacerse hombre, uno tenía que ir con una prostituta,. Cuando esta historia ocurrió, yo tenía 13 años si mal no me acuerdo..
NO FUE ALGO BONITO
Perder la virginidad en esa circunstancia no es realmente nada bonito ya que en ese entonces era un acto comercial y de lo mas grotesco, cosa que aún sigue en los actuales momentos, tal vez ahora haya mas marcas de cerveza, la música sea diferente, pero el acto en sí, sigue siendo el mismo.
LA FAMOSA 18 DE GUAYAQUIL
Acá en
Guayaquil, al barrio de tolerancia, se le llama la 18 porque queda en la calle
18 mientras que en Quevedo, al barrio de tolerancia se le llamaba simplemente
El Barrio, creo que por economía de saliva o por ser mas discreto en las
conversaciones. Mi primo Carlos Luis, visitaba la 18 de vez en cuando.
EL ENCARGO DE MI PADRE
Mi primo por
parte de padre, Carlos Luis Y., quien ahora reside en España, fue quien me llevó, por
encargo de mi señor padre, al Barrio. Carlos Luis, mayor que mí, ya era canchero, ya era corrido. El ya me había explicado algo de lo que
pasaría en ese momento, pero las palabras sobran. Era una circunstancia muy
seria eso de iniciarme como hombre, el asunto muy grave.
-Sobrino
-Si, tio Tito
-Mira, como tú sabes, tu primo Pepe ya tiene 13 años y quiero encargarte algo
-Usted digame Tio, que puedo hacer por mi primo Pepe
-Bueno, ya es tiempo de que se convierta en hombre y entonces como tú ya eres corrido sobrino y el te estima mucho, quiero que tu lo lleves, ya tú sabes, al barrio
-Claro tío, a mí me pasó igual y fué mi hermano quien me llevó a la 18 en Guayaquil, así que no se preocupe tío, yo cumplo su encargo.
-Si, querido sobrino, cuando ya lo hayas convencido a tu primo Pepe, me lo dices para darte el dinero necesario, ya sabes, lo que hay que pagarles, tú aprovecha también la visita para que hagas lo tuyo, yo te doy para eso y también para que tomen el taxi de ida y regreso al barrio.
-Correcto Tio Tito, así lo haré, tan pronto lo tenga convencido a mi primo Pepe, yo le aviso.
EL BARRIO EN QUEVEDO
-Tio Tito, ya estamos listos
-Que bueno sobrino, antes que no te demoraste mucho en convencerlo, apenas dos semanas.
-Je je tío, es que al principio no sabía como abordarlo al primo Pepe, hasta que encontré la oportunidad, al principio como que no quería, pero al final, dijo que bueno.
-Bien sobrino, aquí tienes el dinero para tu primo y para tí, también lo del taxi de ida y regreso y te doy a tí, algo extra por ayudarme con esto.
-Gracias tío, no era necesario nada extra, pero gracias de todos modos.
El Barrio de tolerancia quedaba en ese entonces por la loma, es decir por la subida de la vía
Quevedo-El Empalme, cuyo verdadero nombre es Cantón Velasco Ibarra, me imagino
que se le llamaba El Empalme, porque además de conectar con la provincia del
Guayas, lo hacía con Manabí. Revisando internet, parece que el barrio de tolerancia de Quevedo, aún permanece en el mismo lugar que yo conocí.
-Primo Pepe ya vamos
-Espérame que ya me alisto, fuí al baño a lavarme ya ustedes saben qué y a los pocos minutos ya estaba con Carlos Luis, que me estaba esperando fuera.
-Coincidentemente, apenas salimos, pasó un taxi que nos llevó al Barrio.
Mientras iba viajando, pensaba en lo que estaba por hacer, me iba a hacer hombre, iba a conocer cómo son las mujeres, lo prohibido, aquello que se oculta.
Hasta que llegamos. ahora si me puse nervioso.
Muchos hombres fuera, esperando ver que mujer se desocupaba, cual era la mas bonita, por decir algo, o cual era la de su preferencia, cualquiera que fuese esta. Gente tomando cerveza, las mujeres cuando se desocupaban sacaban una lavacara con agua sucia que lanzaban a la calle, que poco a poco se hacía lodosa.
El barrio
arquitectónicamente era un chorizo largo, creo que iba pintado de azul no muy
oscuro, el techo de zinc, galvanizado, pero oxidado, después de tantas lluvias;
a una sola agua, cayendo hacia atrás. El conjunto estaba compuesto de cuartitos
muy pequeños, tal vez de dos metros por dos metros, sin ser mezquino en las medidas.
De un cuarto sale un hombre y luego detrás de el una mujer que mira para ambos
lados y con una lavacara en mano, lanza el agua sucia a la calle, cuidando de
no mojar a los pasantes. Era de noche y la chinita, no esa es una canción, sí
era de noche, las luces y el espectáculo no eran de lo mas bonito, mucho miedo
en mí, mucha expectativa.
--Primo Pepe, ya es tu turno.
-Espérame un poquito primo, que ya entro.primito le dije, sin confesarle que tenía no sé si miedo, pero de que tenía algo, tenía.
--Bueno, mi tío Alfonso me encargó esta misión de que de su casa saliera con un niño pero que regresara con un hombre.
-Ya primazo, aguántate un poco, ya estamos aquí y sí lo voy a hacer, te lo prometo.
-Bueno, pero que no te tome mucho, vas a ver que te va a gustar, vas a conocer como son las mujeres, para que cuando tengas una enamorada o una novia y tengas que hacerlo con ellas, ya seas experimentado.
Yo había identificado una mujer para realizar este acto. Era una jovencita, apenas unos años mayor que yo, pero supongo ya con mucha experiencia, creo que no pasaba de los veintitrés. Le dije entonces a mi primo Carlos Luis, mira, esa de la puerta de la derecha, esa me gusta, se la ve bonita, jovencita, está rebuena, guapa la bandida, con ella si me gustaría estar.
Al ingresar a la habitación, veo lo efímero del mobiliario, una cama angosta de una plaza, es decir de 90 cm por 190 cm, una mesa, una lavacara, una jarra para recoger el agua, porque creo que no había lavamanos, un rollo de papel higiénico. En ese entonces no había SIDA y si lo había nadie lo sabía, así que el condón no era algo utilizado.
-A ver chinito, págame primero.
Chuta no me dejo ni respirar la chica.
-Aquí tienes le dije, sacando el dinero que el primo Carlos Luis me había dado Estaba un tanto nervioso y creo que le dí mas de lo que me había pedido.
La chica toma la jarra de la mesita y llena la lavacara.
-Chinito, bájate los pantalones y también el calzoncillo.
-Todo?
-Si, todo, entonces cómo piensas hacerlo, con ropa?
-Nervioso me quedó desnudo de la cintura para abajo.
-La chica saca mi miembro, al que lo comienza a lavar, me estimula un poco hasta lograr una erección y luego me lo seca, me nota nervioso por supuesto ya que es mi primera vez.
-La erección tardó un poco en llegar ya que no estaba acostumbrado a algo tan directo. Por supuesto que ya había tenido mis enamoraditas y con algunas de ellas había tenido una erección producto de besos y caricias, pero aquí el asunto era directo, sin previas, totalmente diferente.
-Ven chinito, me lleva a la cama, viste una falda corta y una blusita, una licra creo, no tiene interiores, después el primo Carlos me dijo que normalmente no usan calzón, total para qué, mas tiempo va tomar en ponérselo que en sacárselo y
aquí en este negocio, el tiempo es oro.
NO FUE NADA BONITO
Se acuesta y abre sus piernas, me muestra su sexo, sus labios internos sobresalidos. La chica en verdad es joven y simpática, pero ya se muestran arrugas en su frente, más de la vejez, del vejamen, del cansancio, de las enfermedades de transmisión sexual.
-Apúrate chinito que tienes cinco minutos porque ya hay otros clientes fuera esperándome.
El espectáculo no es para nada bonito, ver una vagina abierta, así, sin más ni más, como en mueca, como burlándose de mi.
-Ven chinito, agarra mi miembro, me estimula un poco con su mano, haciendo un movimiento como cuando uno se masturba.
-Métemela chinito, métemela.
Yo la penetro, un poco temblando.
-Ya chinito, muévete, pareces estatua, ah, ya sé, eres virgo verdad, ésta es tu primera experiencia. Tranquilo que ella no muerde. Si no te va a doler.
Yo comienzo a moverme, rítmicamente, ella me agarra de las nalgas y me empuja.
-Que fué chinito, ya vas a acabar, apúrate que no tenemos todo el día.
-Bueno le digo y me sigo moviendo.
La habitación está separada de la contigua por una pared que no llega hasta el techo, lo cual permite escuchar lo que ocurre en el cuarto de al lado; la mujer me dice que me apure e inmediatamente inicia conversación con la de al lado que imagino estará haciendo lo mismo. Le grita a su compañera,
-Oye Cecilia, sabes que hoy estoy de suerte, me estoy comiendo un virgo, lo estoy haciendo hombre a este chinito y está bien guapo, si vieras cómo temblaba por los nervios, sí hasta tuve que decirle que la cosa no muerde.
-Francisca, así ha sabido llamarse esta chica, tu sí que tienes suerte, a tí siempre te llegan los virgos y en cambio a mí me llegan puros viejos decrépitos, que vienen acá por que sus mujeres ya no quieren nada con ellos en sus casas.
Y así termina la conversación.
Llegado al clímax, eyaculo.
-Francisca me dice que ya está, se te acabó el tiempo chinito, viste que no te mordió.
-Que tal, rico? Te gustó?
-Toma el papel higiénico chinito para que te asees.
Me lo seco y salgo algo apresurado de la habitación, ya que Francisca un poco más que me estaba botando.
-Estos virguitos, como son inexpertos, se toman más tiempo de lo usual y me hacen perder a los clientes, tenía que haberle cobrado algo más.
Al ratito veo que sale Francisca y la escena común se repite, la escena de ver a las mujeres salir con lavacara en mano, mirando para ambos lados para no mojar a ningún marchante y entonces proceder a lanzar el agua a la calle.
YA SOY UN HOMBRE
Mi primo Carlos Luis me espera frente al cuarto de Francisca.
-Cómo te fué primazo? Te felicito, ya eres todo un hombre.
-Dime, te gustó? La hembra se veía buena, jovencita, buen ojo tienes, qué tal?
-Claro que me gustó mucho primito, estuvo rico, lo disfruté mucho.
,Por supuesto que no había otra respuesta, los machos no vamos a decir otra cosa, tenía puesta una cara de triunfo, de victoria, YA ERA TODO UN HOMBRE.
-Primo, ahora te toca, esperarme a mí, que yo voy a hacer lo mismo con esa misma hembra con la que tú estuviste, la verdad es que está buena.
PRIMERO QUE TODO, GRACIAS POR DARTE TIEMPO PARA LEERME
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La historia de muchos...
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