sábado, 5 de octubre de 2024

EVA Y YO, SHHHH ES UN SECRETO

 NOTA ACLARATORIA

La siguiente historia es fruto de mi imaginación. Aunque algunos detalles reflejan mi rutina diaria y el entorno en el que vivo, la conversación y el encuentro descritos con Eva, así como los sentimientos narrados, son completamente ficticios, utilizando sus canciones como inspiración para tejer un relato lleno de misterio, nostalgia y emoción.

YA SON LAS 05H30

El reloj marca las 5:30 de la mañana cuando la alarma suena. Me levanto lentamente, intentando sacudir la pereza que aún cuelga de mis párpados. La mañana es fresca, como siempre a esta hora. Me coloco las zapatillas, cierro la puerta y me dispongo a comenzar mi rutina diaria: seis kilómetros de marcha. El cielo apenas comienza a aclarar mientras avanzo por las tranquilas calles de Ceibos Norte.

A mi alrededor, la vida se despierta de a poco. En la distancia, veo algunas figuras que también han decidido madrugar. La mayoría son mujeres, muchas de ellas ya mayores, con pasos firmes y rostros serenos.

MIS VECINOS DEL OTRO LADO

Me fijo en el muro que separa Ceibos Norte de Mapasingue Oeste, dos mundos divididos por más que una simple barrera de cemento. Al otro lado, las casas grises de bloque se apilan unas sobre otras, en un caos ordenado por el tiempo. Aquí, en Ceibos Norte, las casas son grandes, cómodas, y aunque también guardan sus dramas, todo parece más oculto, más frío.

Allá, en Mapasingue, las familias ríen en la calle, comparten lo que tienen, poco o mucho.  Se celebran nacimientos, como el del bebé que llegó al mundo hace unos días, en el hospital público. Todos trajeron algo para la pañalera. También lloran juntos, como en esa casa donde dos jóvenes murieron tras un enfrentamiento con una pandilla. Aquí, en Ceibos Norte, las disputas son silenciosas, veladas bajo la envidia y el resentimiento, el rencor, el odio. No nos conocemos. No compartimos, somos solitarios aunque parezca lo contrario.

A lo lejos, el eco de una fiesta se desvanece con las últimas notas de un vals improvisado. En Mapasingue celebran un matrimonio: arroz con pollo, ensalada rusa, cerveza y Johnny Rojo. La música no ha parado desde la noche anterior, los novios, aún ebrios, siguen bailando bajo las primeras luces del día. Aquí, en Ceibos Norte, las fiestas son distintas: catering de hotel, whisky de 21 años, DJ de moda. Pero, aunque todos están presentes, pocos realmente lo están. Los rostros iluminados por las pantallas del celular revelan una desconexión que contrasta con la alegría genuina del otro lado del muro.

UNA MAÑANA DIFERENTE

Sin embargo, esta mañana no es como las otras. Hoy, mientras mis pies trazan el camino habitual por el parque lineal, siento que algo es diferente. He acordado un encuentro secreto, uno que nadie conoce. La conocí por casualidad, a través de la música. 

TE PRESENTO A EVA

Ella es un misterio para todos, pero no para mí. A lo lejos, aparece su figura, envuelta en un aura de nostalgia y fuerza. Es Eva. No se lo cuentes a nadie, mucho menos a mi esposa, ella es chonera y ya tu sabes cómo son las mujeres choneras cuando están celosas, zas que te lo cortaron y ni cuenta que te diste.

LAS HISTORIAS QUE ME CUENTA EVA

“Cuando llegue la hora de partir,” me dice, su voz grave pero llena de dulzura, “ya no queda nada.” Me mira y, como si se respondiera a sí misma, susurra: “¿De qué estoy hecha?” Sus palabras parecen un eco que resuena en mi mente mientras me cuenta cómo los amores la arrastran una y otra vez, preguntándose siempre la misma cosa: ¿De qué estoy hecha?

VUELTA 1

El sonido del aplicativo en mi teléfono interrumpe la conversación: "Vueltas 1, 1 kilómetro, 14 minutos y 18 segundos, 1309 pasos." Eva sonríe con una mezcla de ironía y melancolía antes de retomar su relato. “Ojalá que te desengañes,” dice, “y vuelvas a recoger tus pasos.” Hay algo en su tono que me eriza la piel. Habla de desengaños, pero lo hace con esa cadencia de vals que acompaña todas sus historias, incluso las más tristes. Su voz es fuerte, penetrante, pero increíblemente femenina. La escucho fascinado, perdido en sus palabras.

“Jamás impedirás que al oír tu nombre, sin querer, me duela el corazón,” continúa. Y me aclara que no habla de una dolencia física, sino de algo mucho más profundo, un dolor que consume el alma. Lo dice a ritmo de cajón y guitarra, como si la pena pudiera bailarse.

ES QUE ME ENAMORÉ, LES EXPLICO

A medida que avanzamos, me doy cuenta de algo. Estoy enamorado, sí. Pero no de Eva. Estoy enamorado de sus canciones, de las historias que cuenta con su voz poderosa, porque de una u otra manera, a todos nos ha pasado, todos hemos sido seducidos por las mieles del amor para luego pasar a la hiel, a la bilis del desamor. Asi es la vida, imposible que todo sea rosa o bonito, ironía no, cómo poder decir que estamos alegres si antes no hemos experimentado la tristeza. Volver a los besos, a los brazos de antaño, es que Eva es experta en usar la palabra como una daga filuda, que en letal puñalada intercostal, hiere directo el corazón hasta llegar a matarnos pero de pena, no de pene como dicen que dice Nicolás Maduro. Pero Eva también habla de lo bonito, es que no todo puede ser miseria o tristeza o sì? y si, si? Bueno, creo que Eva lo que hace es contarnos las historias de nuestras vidas. Como dice el gran filósofo chino, "yo también estuve ahí, chico", yo también estuve o ilusionado o desilusionado, nuevamente dice Eva, así es la vida y realmente así es.

LLEGO LA HORA DE LA DESPEDIDA

La caminata llega a su fin. Hemos recorrido los seis kilómetros mientras sus palabras llenaban cada rincón de mi mente. Nos despedimos, prometemos reencontrarnos en otra caminata. Pero cuando miro hacia atrás, ya no está. Desapareció. Quizás nunca estuvo. Solo en mi mente.

LES PRESENTO A EVA

Eva Ayllón, la gran dama de la música criolla peruana, una de las voces más representativas de su país, me ha acompañado en esta mañana como en tantas otras. Nació en Lima, Perú, el 7 de febrero de 1956. Con una carrera que abarca más de cinco décadas, Eva se ha consolidado como una de las máximas exponentes del vals peruano y de la música afroperuana. Su legado incluye más de 30 discos, múltiples premios internacionales y una profunda influencia en la música tradicional de su país.

Esta mañana, sin embargo, ella no es solo una artista reconocida. Es una confidente. Una narradora de penas, alegrías y desengaños. Y aunque su presencia (en mi imaginación) fue fugaz, la promesa de nuevas historias de amor y desamor queda en el aire, quizás en otra caminata también me acompañe.


FIN

Si te gustó esta historia, compartela con tus amigos, con tu familia. 

Si quieres que escriba sobre algún tema en especial, también házmelo saber porque de seguro tienes una y mil historias muy lindas e interesantes, dignas de ser escritas y compartidas. Puede ser que conozcas algo de este tema que merezca ser publicado, si es así, agradecería tu ayuda, tú me avisas, tú me dices, tú me contradices, tú me maldices.

Si no te gustó, da igual, ojalá que mi próxima historia sí te guste, siempre hay oportunidad de contarla mejor, para que sea de tu agrado y la digieras con gusto, como al sanduche de una historia anterior

Si tienes algún comentario, por favor escríbelo  haciendo CLIC en Publicar un comentario, mas abajito, no seas vago, mueve tu dedito. Ya sabes, tal vez no te conozca, pero sí te quiero. Un gran abrazo y que estés muy bien. RECUERDA LO PODEROSA QUE ES LA IMAGINACION QUE PRODUCE UN ENCUENTRO QUE NUNCA SE DIÓ, PERO NO TE PIERDAS DE ESCUCHAR LOS VALSES DE EVA AYLLON, SU PODEROSA VOZ, SU FUERZA DE MUJER, !QUE CANTANTE!







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