sábado, 1 de enero de 2022

DICIEMBRE 28,2021 LOS VECINOS DE ARRIBA

De las cosas que a uno le vienen adosadas son la familia y los vecinos, uno no se da el lujo de escogerlos y vienen en todas las formas y número, pueden ser personas agradables o desagradables, inclusive los miembros de nuestra propia familia, no se diga los vecinos.

Cuando compré este departamento me sentí muy ilusionado, ya que mas parece casa que departamento. Se encuentra ubicado en un Condominio compuesto por dos torres, cada una de las cuales tiene tres pisos y solo un departamento por piso, es decir somos 6 familias.

Después que lo compré lo mantuve desocupado como por un año, la esperanza era venderlo y comprar la villa de mis padres, que es herencia y que aún no se ha vendido.

En ese tiempo, en la torre A que es donde se encuentra mi departamento, el piso de arriba estaba alquilado, no sé si a un entrenador de futbol de un equipo de acá. Creo que el hombre es uruguayo, por ahí como que cruzamos una que otra palabra, un saludo y nada mas, alguna vez le dije que mantuviera limpia la parte comunal, cosa a la que el hombre nunca puso objeción,

El tercer piso, nunca estuvo ocupado, misterio.

En la torre B, igual situación, en el piso de abajo, una familia que es dueña de un mini-mercado de acá la ciudadela, el segundo piso, nadie lo ocupa, los dueños son doctores y viven en Quito y nunca vienen por acá. El tercer piso lo ocupa Alfredo con su esposa Romina, sus hijos y su suegra, y es con ellos con quienes hemos hecho miga, gente muy decente y respetuosa y que sabe convivir en vecindad.

Cuando decidimos venir a vivir acá, ya los inquilinos se habían marchado y los del piso de arriba estaban ocupando el departamento. En pandemia se metieron siquiera unos 15, Darwin, su mujer y creo dos hijos, la suegra de Darwin, Pamela y su hija y se arrimaban unos cuantos, tenían una empleada.

Se marchaban de mañana y volvían tarde a la noche a esos niños se los escuchaba deambular hasta la una dos de la mañana, como esas máquinas o esos negocios 24/7 es decir sin horario.

Se les ocurría armar parrilladas o cangrejadas a las 12 de la noche y entonces comenzaban a hacer ruido. Gente que entra, que sale.

Y no se diga de las fiestas o reuniones alrededor de la piscina del conjunto, siendo el lenguaje soez la nota predominante.

Mi primer tropiezo lo tuve con la madre de la vecina a quien le reclamé porque habían realizado una reunión y habian dejado tirada la basura pretextando que el empleado era quien tenía que realizar el aseo. Jorge, el empleado, solo viene dos veces por semana, los lunes y los jueves y se encarga de mantener la piscina limpia de hojarasca, basura y pluma de las palomas que son verdadera plaga, también barre escalera y áreas comunales. 

Jorge había tenido tropiezos con esta gente, es decir los del 2 A y los del 1 B, puesto que no le pagaban la cantidad de $20 por día.

La fiesta la habían tenido el viernes creo  y yo tenía que aguantarme hasta el lunes que llegase Jorge para que limpiase la porquería, entonces, la mañana del sábado me la encontré entrando y le dije que limpiasen, a lo que ella contestó que cuando viniese Jorge, ya lo haría él y que no estaba con ganas de iniciar una pelea a lo que contesté que no se preocupe que yo si tenía ganas.

En fin, no hay como, la vulgaridad, el lenguaje soez, domina esta familia, que como dice el tango es gente de arrabal, cuando usan la piscina dejan todo botado, ropa, hasta pañales y calzones, con la basura menuda, tapan las rejillas del sumidero, irrespetan los horarios, ponen su basura en mi tacho, bloquea mi garaje y el de otros vecinos, tienen el garage del extraño dueño del departamento 3 A que nunca aparece, lleno de basura como si fuera de ellos, se ponen a hacer trabajos a cualquier hora, resumiendo, como dicen en la sierra, alaja la señora y tanto es así que ya le he pedido a Dios que los guarde pero lejos y que bote la llave.



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